COMUNIDADLGBT
  ¿SE NACE HOMOSEXUAL?
 
 ¿Un homosexual nace o se hace?

 Pocas preguntas despiertan tanta controversia y tanta pasión. La sección Cartas al Director de "El Mercurio" ha sido testigo, en los últimos tres años, de lo encarnizado que puede llegar a ser este debate.

Desde que el tema se ha instaurado en la opinión pública -impulsado por los hechos noticiosos-, quedan de manifiesto las diferentes posiciones en torno a él. Y la poca información, los prejuicios y la generalización que se dan en las distintas posturas.

¿Trastorno psicológico?

Hace poco estuvo en Chile el sicólogo holandés Gerard J.M. van den Aardweg, quien asegura que la homosexualidad responde a un trastorno sicológico y que él puede revertirla a través de un tratamiento.

Su presencia molestó a representantes del movimiento gay, que protestaron frente a la Universidad de los Andes, que trajo al especialista para un seminario.

La sola idea de que alguien pueda sentirse mal con una identidad homosexual -y por tanto quiera cambiarla- provoca mucha molestia en quienes lo viven como algo natural y cuyo único problema es ser aceptados por una sociedad que discrimina la diferencia.

El punto es que en este tema nada es blanco o negro. Aquí, los matices son clave, afirman los especialistas, y no verlos lleva a posiciones irreconciliables.

Múltiples factores

 "No se puede hablar de 'la' homosexualidad, sino de 'las' homosexualidades", afirma el siquiatra y sicoanalista Marcello Girardi, de la Corporación El Salvador. "Se trata de un grupo heterogéneo. Y me sorprende que alguien que haya atendido a estas personas pueda referirse a ellas como un grupo homogéneo".

Al hablar de quienes "prefieren como pareja a personas de su mismo sexo", Girardi las llama "personas con una orientación homosexual", y afirma que esta orientación tiene su origen en diferentes factores, "cada uno de ellos combinados en una diferente proporción en cada persona".

Genético o ambiental

Hasta ahora, innumerables estudios en uno u otro sentido dan cuenta de que no hay pruebas concluyentes para afirmar si la homosexualidad es de origen genético o ambiental, si es innata o aprendida.

En el diván

Por ahora, la percepción mayoritaria de los especialistas es que, para conformar la orientación sexual de una persona, confluyen una serie de factores: biológicos (genéticos, hormonales), sicológicos (producto de experiencias de relación con personas significativas, sobre todo las más tempranas), sociales (si un niño no posee las características comúnmente asociadas a la masculinidad, la sociedad puede hacerle dudar de su identidad sexual).

"Pero ninguna de estas variables explica por sí sola una determinada orientación sexual", afirma Marcello Girardi. Y cita estudios en los que se siguió a gemelos y a trillizos univitelinos, criados dentro una misma familia, de los cuales sólo uno entre los hermanos adoptaba de adulto una orientación homosexual.

Biológico con ambiente para expresarlo

 Con él coincide el siquiatra Rodrigo Labarca, director académico del Instituto Neuropsiquiátrico de Chile: "Hay un componente biológico, pero que necesita de un determinado ambiente para expresarse. Es lo mismo que con la depresión: sólo se deprime aquel que tiene una vulnerabilidad que lo predispone a ello".

Controversias.

La posición oficial de la siquiatría en gran parte del mundo es no considerar a la homosexualidad una enfermedad. Sin embargo, hay especialistas, como el holandés Van Den Aardweg, quien ofrece un tratamiento para superar lo que, a su juicio, es el origen más común de esta orientación: un complejo de inferioridad, surgido a temprana edad, en relación a la propia masculinidad (los hombres) o femineidad (las mujeres). Y que suele originarse cuando la figura paterna (en niños) o la materna (en niñas) prestan escasa atención.

A través de la terapia, dice Van Den Aardweg, la persona deja de verse como un "niño víctima"; termina con el autorelato trágico de su vida; empieza a valorar su propia masculinidad (o femineidad) y deja de buscarla en otros. Si bien reconoce que su postura es minoritaria, el holandés asegura que no está solo. Y cita el caso del siquiatra norteamericano Robert Spitzer.

Spitzer jugó un rol clave en la exclusión de la homosexualidad del Manual de Enfermedades Mentales de la American Psychological Association (APA), en 1973. Años después, un grupo de ex gays hizo una manifestación pública a la entrada de la conferencia de la APA, pidiendo que se tomara en cuenta su posición. Spitzer lo hizo. Investigó estos casos y en 2001 concluyó:

"Algunos individuos sumamente motivados, mediante una variedad de esfuerzos de cambio, pueden lograr un buen funcionamiento heterosexual". Muchos de ellos, agrega, lograron manejar su conducta homosexual, pero no su atracción por el otro sexo, aunque sí reportaron una mejoría en su estado emocional. Muchos anhelaban el cambio porque la homosexualidad no estaba acorde con sus valores y sus creencias religiosas.

En Chile

 En Chile, la sicóloga Mariely Said afirma que es posible tratar a homosexuales para que cambien su orientación, a través de un trabajo terapéutico que aborda los factores sicológicos de su condición. "El común denominador de quienes experimentaron un verdadero cambio es el deseo de hacerlo y de enfrentar los dolores del pasado", afirma.

Para el siquiatra Rodrigo Labarca, si hay un homosexual con una gran motivación por cambiar "eso ya lo hace distinto del resto, pues el homosexual genuino no desea cambiar porque siente que esa es su condición natural; lo que desea es ser aceptado". Y concuerda con el sicoanalista Girardi en que entre la homo y la heterosexualidad hay un "continuom" -diversos grados- en los que se ubican las diferentes personas.
 
   
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis